ticada con esclerosis múltiple progresiva que ha atacado su espina dorsal. En corto tiempo, se encontró muy incapacitada. Nunca perdió su alegría ni su paz interior y su fe creció más. Su historia inspira a otros a mirar los sufrimientos y desafíos de su propia vida a través de los ojos espirituales dando propósito y valor a las cosas que no parecen tener sentido en nuestro mundo físico.